Todo tiene que ver contigo

Mis ganas de vivir se van cada vez que tú no sonríes. Cada vez que no veo ese brillo en tu mirada, cada vez que te veo mal. Mis ganas de vivir están proporcionalmente unidas a tu estado de ánimo. A tus sonrisas, a tu felicidad, a tu alegría, a tu salud, a tu seguridad, a tus problemas, a tus inseguridades, a tu vida misma. Imaginarme en un mundo donde tú no existas es totalmente imposible. Me robas todos los suspiros y todas las lágrimas, secuestras todas mis sonrisas y apareces en todos mis sueños. Quizás no lo llegues a entender nunca, que sé que no, pero se basa en ti. En la manera en la que sonríes por tímidez, en la manera tan peculiar que tienes de ser reservado y a la vez travieso. En la forma en la que te ríes de algo gracioso y al contrario, cuando te ríes con tanto sarcasmo. Todo tiene que ver contigo. Con tu manera de caminar y de ponerte las manos en los bolsillos del pantalón. Todo tiene que ver contigo desde que me perdí en tu mirada, en el silencio de tus palabras... Mis ganas de vivir se van cada vez que te alejas.