15.4.14

una carta sin destinatario alguno 2


si te soy sincera y sabes que siempre me gustó serlo contigo, no sé qué hago escribiéndote, no sé qué hago rellenando éste vacío de palabras llenas.
no sé el porqué pero lo sigo haciendo como si fuese una de las cosas más liberales que he llegado hacer en éste tiempo, en estos 8 meses que no he sabido de ti ni tú de mí, ni ninguno de nosotros.

y lo sé, sé qué es lo que piensas en este momento, sé que fui yo la que se fue lejos... sin ti. sé que fui yo la que no dio explicaciones, la que no quiso hablar cuando era necesario, la que dejó que todo se resumiera en nada cuando pudo haber sido más. sé que fui yo también la que te vio llorar y sujetarme como si de verdad fuese lo único que necesitabas para seguir siendo tú, abrazarme a tu pecho y rodearme con tus brazos de la forma más embriagadora y desgarradora que hasta ese día había sentido, y también sé que fui la culpable y la razón del dolor y la desolación que tus ojos verdes reflejaban.

nunca quise hacerte daño y a día de hoy me sigo sintiendo miserable por acabar haciéndotelo por muchas veces que intentase no llegar a hacértelo ni hacérmelo, porque a día de hoy me sigo arropando en una cama y un colchón y unas sábanas que no huelen a ti, a día de hoy me resigno a dormir y soñar y soñarte y soñarnos porque es así donde todo lo que nos impide no estar juntos desaparece y es ahí donde me gusta estar. nunca quise que lo nuestro acabase siendo nuestro porque me gustaba más cuando era tuyo y mío.

arrepentimiento no es lo que siento, no puedo sentirlo si de estar contigo se trata, si de haber compartido contigo mañanas, noches, madrugadas y mi corazón sin miedos ni angustias aunque fuese a ratos. nostalgia sí es lo que siento, porque extraño tenerte aún cuando me decía a mí misma que no te necesitaba, porque extraño escuchar tu risa risueña, divertida y sarcástica, al otro lado de la cama, en los asientos delanteros del coche, por la otra línea del teléfono, a las tantas horas de la noche... y cómo chispeaban tus ojos con ésa mirada llena de vida y de cosas que no pude darme cuenta cuando aún podíamos hacerlas realidad. extraño la manera que tenías de hacerme feliz sin siquiera notarlo y sin que yo pudiera verlo.

te extraño a ti césar. me extraño a mí. extraño lo que era cuando estaba contigo. extraño y añoro lo que éramos aún cuando no sabíamos cómo llamarlo.

te amé con lo poco que te di, y te quiero con todo lo que me quedó por darte.

tuya,
jacqueline

1 comentario:

  1. Para serte sincera amo leerte, me gusta muchísimo la forma en la que esribis, esta entrada me llegó bastante ya que me sentí muy identificada, te sigo leyendo! http://iwantliberty.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar