30.6.13

son tus ojos verdes


A veces no sé qué escribir, no tengo ni la más mínima idea. Supongo que no es normal, pero me ocurre. Me pasa que quiero escribir sobre tantas cosas que, al hacerlo, se esfuman y me quedo en blanco, y no sé sobre qué escribir. Aún teniendo miles de ideas en la cabeza.
Me da por pensar que quizá ya haya escrito demasiado, y que no tenga nada más de lo que hablar, pero sé que no es cierto. Lo sé porque recuerdo tus ojos verdes y las palabras salen solas. Como si quisieran escapar de mí, como si desearan ser libres. Tampoco creo que eso sea normal.
¡Oh por dios! Ya está, tus estúpidos y enigmáticos ojos no se esfuman de mi mente, ya no, ahora que he hablado de ellos. Ese brillo en ellos revive en mi memoria como una sucesión de imágenes en cámara lenta, tan hermosas y lejanas a la vez.
¿Qué estaba diciendo? Ah sí, ya sé. Que había veces en las que no sabía qué escribir.
   
   Tus ojos verdes, ¿te das cuenta?
   Siempre resultan efectivos.

    No sé cómo lo haces...
pero siempre son tus ojos verdes.

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