16.2.14

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no es como cuando la profesora lydia winters me hace salir a la pizarra para corregir los problemas de matemáticas que nunca entiendo porque luego los niños y niñas de mi clase me miran y no me gusta, creo que me hacen sentirme más pequeña y no me gusta ser pequeña. No es como cuando eleanor perkins hace ese ruido tan raro y feo con la boca en las clases de gimnasia porque nunca sumo puntos en baloncesto, le hace gracia ver que lo hago mal, lo sé porque cuando nos ponemos en fila para tirar el balón se ríe de mí; creo que no sabe que me doy cuenta. Esperar a que tom fortlen deje de mirar a su cuaderno, a las ventanas redondas de la izquierda, a sus zapatos nuevos de una semana, a los planetas colgados de las paredes, y se gire para mirarme a mí, para saber que llevo sentada a su derecha desde principios de curso, para darse cuenta de que existo y de que soy más divertida que su cuaderno y las ventanas redondas y sus zapatos nuevos y los planetas de las paredes, es como cuando imagino que la profesora lydia winters no me hace salir a la pizarra para corregir los problemas de matemáticas que nunca entiendo y eleanor perkins hace mal las clases de gimnasia porque nunca suma puntos en baloncesto.

la mente de grace (part. 1)

2 comentarios:

  1. Que buen texto... sentirse pequeñ@... desgraciadamente me siento muy familiarizada por la sensación, no solo por mi escasa altura (1.57) sino porque parezco muy fácil de ignorar, la gente no suele escucharme al hablar, nadie suele fijarse en mí, y sin embargo siento que siempre me miran y me siento ridícula y torpe. En fin, tengo lo que se llama ansiedad social. Supongo que será trabajo de constancia y de autoestima superarlo, levantar la cabeza y no sentirnos pequeños jamás

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