10.6.14

Bryce Loski

no quería estar en ésa mesa comiendo las empanadas que mi madre había cocinado el día de antes con toda la ilusión y el cariño que, una madre como era la mía, le era capaz de poner en cada elaboración o plato de comida, porque era ver para creer lo mucho que disfrutaba mi madre haciendo ése tipo de cosas. Y no era por las empanadas o por los guisantes que poco me gustaban, ni tampoco por la gaseosa que para mi gusto, estaba caliente y poco apetecible, no tenía que ver las conversaciones de las demás parejas que estaban sentados a pocos metros de nosotros, no era por mi pareja (o al menos eso me repetía a mí mismo por mucho que supiera que sí), ni el ridículo decorado que habían hecho para el día de hoy que nos hacía parecer a todos más pequeños de lo que ya éramos. Era Juli Baker y su sonrisa sincera justo en frente mío y regalándosela al chico que estaba sentado con ella en ésa mesa, y no a mí. ¿Cómo podía ella estar sentada a tan poca distancia mía y sentirla tan lejos? ¿Cómo podía sentarse allí y reírse de cualquier cosa que le hubiera dicho ése chico y verse tan bonita? Porque ahí estaba yo, compartiendo una comida con la chica más popular y caliente de la escuela, pudiendo disfrutar y agradecer de tener a una chica así para mí, pero no sintiéndome otra cosa más que miserable, por no poder tener a Juli y no poder escuchar su dulce voz, y por no poder ver sus ojos como todas ésas otras veces que sí pude y no quise ver más allá.
Yo quería estar fuera del colegio y lejos de todos ellos y pasar tiempo con Juli, y que me contara cómo era estar subida en lo alto del sicómoro, y sentirme atrevido dejando el miedo atrás, como nunca antes me sentí estando con ella.



/1/ no lo vas a entender del todo hasta que no veas Flipped

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